Cada vez que se publican los resultados de los principales rankings internacionales de universidades, las casas de estudio argentinas miran para otro lado.
Cada vez que se publican los resultados de los principales rankings internacionales de universidades, las casas de estudio argentinas miran para otro lado.
Es que resulta doloroso aparecer después del puesto 500 u 800, incluso muy por detrás de universidades de países de la región como Brasil, México y Chile.
En la actualidad, hay una movida tendiente a cuestionar algunos criterios de estos indicadores internacionales, sobre todo porque las universidades regionales plantean que no se mide el impacto social positivo que generan en los sectores más vulnerables de la sociedad.
La semana próxima, entre el lunes 16 y el martes 17, se llevará a cabo en la sede París de la Unesco el foro mundial titulado “Las clasificaciones y la rendición de cuentas en la educación superior: Usos válidos y espurios”.
Allí, se examinarán las clasificaciones mundiales de las universidades y se propiciará el debate entre representantes de las entidades de clasificación de mayor audiencia y referentes de formular políticas en educación superior. La idea es discutir los méritos y las deficiencias de esos rankings y de los usos que de ellos se hacen.
En tal sentido, el periodista Andrés Oppenheimer publicó esta semana en el diario La Nación , de Buenos Aires, las declaraciones de Pedro Henríquez Guajardo, director de Iesalc, una agencia regional de la Unesco para la educación superior, quien dijo que los rankings no satisfacían los requerimientos de la región, porque utilizan indicadores muy poco aplicables para las universidades latinoamericanas.
En ese tren, Iesalc está planteando la creación de un ranking sólo para las universidades de la región, lo que al decir de Oppenheimer sería como dejar de jugar la Copa Mundial de Fútbol y dedicarse sólo al campeonato local.
Acciones. En uno de los tantos listados, el Ranking Web of World Universities , la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) figura en el puesto 832, y en el 42 si se mira sólo la región. Antes están la UBA y la de La Plata.
Si bien la cuestión no de-sespera, hay interés por mejorar aspectos que hagan más visibles los indicadores de la Casa de Trejo. Por eso, en breve, el Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (Caicyt) dictará un taller en la UNC para sistematizar la forma en que los investigadores cordobeses catalogan sus trabajos.
“La idea es que lo que tenemos, se vea. Hicimos un relevamiento y las publicaciones no están catalogadas de la misma manera, lo cual dificulta su rastreo. Probamos con uno de nuestros principales investigadores, como Horacio Pastawski, y aparece la mitad de sus trabajos de investigación”, admitió Alberto León, secretario de Ciencia y Tecnología del Rectorado. No obstante, León dijo que se necesita producir más investigaciones, y lo que se produce se tiene que publicar.
Gracias Juan Carlos Carranza
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