Siempre poniendo la mira en la Educación y dando vueltas alrededor de algunas ideas, hay una que me ocupa más que otras; a saber: “una educación consecuente debe basarse en el conocimiento de la condición humana”. Para ser sincera, esta idea no surge genuina y originalmente en mí. Pensadores importantes han tratado profundamente este tema : Morin es uno de ellos, quien desde hace algún tiempo, sigo.. ( vocablo twittero!!,o no???)
He dicho en comunicaciones anteriores que algunos aspectos del sistema educativo deben cambiar (¿emigrar?). Es sencillo decirlo, pero no tanto concretarlo, ya que esa reforma requiere de otra algo más complicada, la del pensamiento. Si esta reforma del pensamiento a la que estoy aludiendo tiene como finalidad beneficiar la inteligencia general, la educación debe tender a desarrollar la aptitud para plantear problemas así como para resolverlos. La anterior parece una afirmación contradictoria, pero sabrán ustedes que las inquietudes a veces generan problemas (¿podríamos llamarle: espíritu científico?), y no estaría nada mal que la educación colabore en dar respuesta a esas inquietudes. Y acá ya nos encontramos con un inconveniente, porque para resolver problemas es imprescindible vincular conocimiento, y de esto precisamente no se ha ocupado la educación.
Ese espíritu científico natural debería ser aprovechado por la educación; sin embargo, algunos autores afirman que el sistema hace casi todo para mutilarlo, de modo que resulta cada vez más difícil dar respuesta a los desafíos de la globalidad y de la complejidad en la vida cotidiana.
Volviendo a la premisa inicial sobre la necesidad de conocer y reconocer la condición humana, el hombre es el único ser que posee un sistema neurocerebral hipercomplejo, el único ser que posee conciencia. Dice Morin: “por nacimiento formamos parte de la aventura biológica; por la muerte, participamos de la tragedia cósmica. El ser más rutinario, el destino más banal, participa de esta tragedia y de esta aventura”. Al tiempo que compartimos características comunes, hay otras “propias” de cada quien, que nos identifica, nos hace individuos. No conozco una educación que atienda esas singularidades, solo aquella que uniforma y homogeiniza.
El ser humano vive en un mundo, al cual está unido; no podría ser de otra manera, es su hábitat. Pero a la vez “separado” de ese mundo por su “pensamiento”, “su conciencia”,… lo más privado del hombre. Cuántas veces he escuchado que el hombre debe ser considerado en su contexto bio-socio-cultural….., y estoy convencida de eso, …. Es un buen discurso, que, lamentablemente, no está muy cerca de formalizarse.
El hombre es una unidad antropológica con diversidades individuales y culturales. Sería bueno que la enseñanza produjera un empalme entra las partes que le toca a cada ciencia para dilucidar la condición humana, y que a la vez ese conocimiento asista a la educación y se retroalimenten en beneficio del hombre. …… (me resulta difícil resistirme a la tentación de hacer un esquema; el que me conoce sabe de mi gusto por ellos, pero prefiero no correr riesgos!! )
Otra de las particularidades del hombre es la “palabra”. Algo hablé de ella en posts anteriores .
Dice Bonnefoy, “lo importante del lenguaje está en sus poderes y no en sus leyes de funcionamiento”. La educación parece no entenderlo. …
Espíritu científico, conciencia, palabra,diversidad, el hombre en su sentido antropológico……, demasiado por hoy! Como digo siempre: Continuará
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